domingo, 2 de agosto de 2009

agendas de temas


Muchos manuales de investigaciòn incluyen listados de temas de investigaciòn. Se puede recurrir a ellos si en nuestro itinerario formativo nada nos ha subyugado o nos ha despertado un vivo interés. También nos puede mandar nuestro profesor a por ello ...
Pero deberíamos bucear dentro de nosotros para que este tema quede bajo el foco de nuestra atenciòn: tal vez está pero no lo advertimos. Pensar es una buena manera de aclarar nuestros intereses pero hay que tener un cierto desapego para que nuestra inteligencia vagabundee un poco entre las vivencias que hemos experimentado con motivo de nuestra formaciòn. Entonces, dejarse llevar por una intuiciòn, una sospecha, incluso, por un prejuicio, puede desembocar en un proceso de indagaciòn que nos involucre plenamente.
En verdad, estos temas se encuentran en espacios virtuales a medio camino entre la "realidad" y las teorías. La virtualidad tiene que ver con que siempre alguien, en alguna parte, está produciendo un conocimiento sobre lo que nos interesa investigar y sería magnífico que lo supièramos al momento de "por las manos" sobre la cuestiòn. Esta virtualidad queda "congelada" a través de la publicaciòn de artículos científicos, libros, ponencias y demàs papales científicos. Podemos acceder a ese punto dependiendo de nuestros recursos, o los de la instituciòn que nos está formando.
El que tenemos in mente puede no estar formulado en los mismos términos, en el mismo contexto en que otros lo han indagado. No importa: si damos con él ya sabremos, despuès de una lectura detenida aprovechar algo de lo que nos ha brindado: un posible diseño de investigaciòn, una metodología ya probada, una bibliografía bien delimitada, ciertas lìneas de lectura.

¿Qué tiene que ver?


Cuando los profesores nos ubican frente al desafío de definir temas y formular problemas de investigaciòn, es muy aconsejable elegir siempre los que màs conocemos, los temas que màs sabemos y los que màs nos gustan, o nos interesan o nos despiertan curiosidad. Nunca, pero nunca, empecemos a "investigar" sobre lo que "no sabemos nada". Esta no es una buena idea porque la investigaciòn implica mover un poquito, aunque sea, el lìmite del conocimiento, expandirlo, ampliarlo. Mal podemos ampliar lo que no tenemos. Bueno, este lìmite se mueve en términos absolutos cuando la ciencia, "el" saber incorpora resultados que antes no estaban disponilbes. Para un estudiante o un tesista de grado, mover el lìmite del conocimiento, expandirlo, se refriere a un contexto menor, a un àmbito que puede ser el de su propio idioma, el de su país, el de la biblioteca de su instituciòn formadora ... Esto es muy variable. Lo cierto es que para investigar, mejor partir de una base allende los diccionarios y enciclopedias escolares ... Tomemos como base afirmaciones de diccionarios y textos especializados en disciplinas que tienen el tema de nuestro interés en su agenda.