miércoles, 10 de marzo de 2010

¡Vamos al campo, vayamos ya!!



Este clamor es propio de cualquier novato puesto que es común que la gente primero crea que no necesita saber nada nuevo para "investigar" y luego, es comùn que la gente reconozca que lo necesita pero que lea y el contenido de la lectura le pase inadvertido.
Esto es bastante comprensible. No cualquier lector, digo màs, no cualquier bibliófilo aprovecha de manera cabal lo que lee. Conocemos muchos recitadores de autores, eruditos, incluso, que solamente pueden repetir y "hablar por boca de los autores". Si usted solamente puede hablar por boca de los autores y de su propia boca no encuentra nada para decir mmm Como dice la célebre frase de la película Apolo XIII, "Houstom tenemos un problema".
Entonces, antes de "salir al campo", sea un lector avisado de lo que se ha teorizado sobre el objeto que usted trata de "recortar" y de lo que otros han investigado sobre eso. No me diga "no hay antecedentes". Sobre todo, no se lo diga a sí mismo! y menos todavía, a su director u orientador de la tesis. Hay: busque con distintos criterios y utilice distintas palabras y sobre todo, diferentes fuentes.
Cuando usted conozca el tema, su relaciòn con otros, recièn empiece a pensar de què forma es màs accesible el objeto delineado para el trabajo de campo. Conocer los antecedentes le proporcionará tambiène esa posibilidad de relacionarse con los que en en otros centros de estudios han estudiado el mismo o similar objeto, aunque se haya hecho con otra poblaciòn. Esos trabajos que conforman los antecedentes lo orientarán en cúales de los abordajes han resultado màs utilizados y què puede esperar de su uso.
¿Qué sucede cuando ese impulso bocólico se sigue sin reflexiòn? No proporciona nada. Vemos y volvemos con poco, no hay resultados, porque para "ver" y "escuchar", necesitamos esquemas de conocimientos previos. Vale aclarar que tampoco sirve la salida a campo para "comprobar" lo que dice alguna teoría. Pero de esto, hablamos despuès.